Wednesday, March 19, 2008

Un amigo obediente

Talvez debería escribir una primera entrada en el blog presentándome, explicando qué es de mi vida y de qué trata.
Pero prefiero empezar contando la historia con un objeto que marcaría el futuro de mi vida.

No recuerdo cómo ni porqué, pero desde que mi memoria me permite recordar, me he visto envuelto de un juguete un tanto inusual para un niño, el lápiz.

El lápiz está unido a la mayoría de los niños comprendidos entre los 4 y 16 años. Quieran o no, la imagen del estuche o el lapicero con sus utensilios dentro es una imagen infantil. Pero es una imagen que les une al aprendizaje, a la formación y a la escuela.
Pocos niños se unen a un lápiz con ánimo de diversión.

Por ejemplo, yo no era de los que se emocionaba bajo el arbol de Navidad abriendo cajas de "playmobils", "gejoes" y "escalextrics" creando un ambiente ruidoso y mágico a la vez. Al contrario. En silencio, y sentado en una silla, solía abandonar muchos de los presentes navideños para estar frente a un papel en blanco, con un lápiz en la mano.

Puede que esto se deba a que soy zurdo, o simplemente soy zurdo gracias a ello. Nunca he conseguido averiguar si ambas cosas estan emparentadas y de qué manera. Pero si es cierto que una cosa ayuda a la otra, aunque eso, será el tema de otra entrada al blog.

Durante toda mi vida, he intentando perfeccionar esta técnica artística, siempre de manera autodidacta, sin la necesidad de un aprendizaje externo ni formaciones profesionales, con las únicas herramientas físicas y mentales que puedo sacar de mi cuerpo... eso sí, nunca sin la ayuda de un lápiz.

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